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LA REVISTA.

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que bacer lo que hacen los ejércitos en las marchas forzadas,
abandonará los heridos, á los enfermos, á los cansados, á su

propia suerte; dejar perecer en lugar de salvar. La provincia de
Santiago encierra el tercio de la población de Chile, y 110 es cosa
tan despreciable medio millón de hombres para dejarlos atrás.
A mas de esto, Valparaiso en la costa, no podrá gobernar el inte¬
rior. Valparaiso lleno del espíritu práctico, negociante de la épo¬
ca, no podrá llevar á su paso á los que quedan en situación mas
colonial, mas anticuada, si es posible decirlo. Por muchos años
ha de permanecer el gobierno en Santiago en respeto de las tra¬
diciones, y con la mira de curar el mal en su fuente, haciendo
marchar la sociedad

en

masa.

Pero el dia que Santiago se muestre impotente para gober¬
la República; el dia que la autoridad sea ajada; y las asona¬

nar

das, ó los continuos cambios de ministros ó de jefes, hagan que
cada uno piense en su propia seguridad, Valparaiso con su comer¬

sus capitales, su inilueneia material sobre las provincias,
ha de sustraerse á la sujeción de los abogados y curiales de San¬

cio,

El comercio pide tranquilidad y la impone á los

tiago.

alboro¬

tadores.

Valparaiso á Santiago, haciendo espedita, rápida, instantánea las comunicaciones, trayendo el puer¬
to á Santiago, ó llevando la capital á. la costa, allanaría las difi¬
Un camino de fierro de

el movimiento, ni nadie se ocupa

contener

gobierno, mantenimiento
oficiado al señor Noá recibirse de la Intendencia.»

yen protestando sumisión al
«de las leyes, y añaden que han

«

voa

«

para que pasase

Asi ha concluido
rios de San

la farsa sangrienta de los igualita¬

Felipe.

el propio ha tardado mas de 12 ho¬
pueblo quiere es el bienestar aqui en la tierra, riquezas, y es ras en
entregar la correspondencia. Hay motivos par í
preciso que se le abra camino, esto es, el camino de hierro de
creer que si la tranquilidad de la capital no hubiera si¬
Santiago á Valparaiso.
El público asiste á estos espectáculos en que se presenta do completa á sil llegada, no hubiera entregado la cor¬
una asociación que demuele cada dia, cada hora, un principio
como á una fiesta de toros ó á una riña de gallos.
No hay tea¬ respondencia.
La conducta de los revoltoso nos autoriza para te¬
tro, no hay entrada y salida de buques no hay comercio, no
mer todo de ellos, hasta la sinceridad de lo mismo que
hay industria, no hay nada de lo que en otras ciudades entre¬
tiene la curiosidad pública; en cambio, todos estamos pendien¬ asesaran al gobierno bajo sus firmas.
tes de lo que dijo fulano, lo que se propone hacer mañana para
( La Tribuna).
tentar al gobierno, á cual ministro insultan, cual vida privada
sale á luz, quien mintió, ó quien engañó al otro; y de este cú¬
N¿¡¡sica"sis notficiaft ele Aconcagua»
mulo de cosas sin verdad, sin interés real, se forma una aji¬
tacion, una inquietud, una animación ficticia, que concluye por
Un espreso llegado anoche del Intendente de Acon¬
apasionar los espíritus y prestar á la ciudad el aspecto de un
pueblo ocupado de algo, de una sociedad ajilada y próxima á cagua acantonado en Curimon con el Batallón de mili¬
Obsérvese que

el

un

esperados con ansias por los comerciantes de San¬
tiago, porque en esta época vienen á surtir sus tiendas los co¬
merciantes de campaña, para hallarse en Diciembre y Enero en
aptitud de satisfacer á la demanda de efectos que motiva la dis¬
tribución de dinero que hacen los cosecheros de trigo. Este
añono ha aparecido comerciante de las provincias inmediatas, á
causa de la ajitacion de Santiago, que creen en vísperas de un
desórden. El comercio se aleja, el dinero se vá á otra parte,
y los comerciantes y el pueblo se quedan ajitándose, como el
pescado que se queda enseco.
Hay, pues, una causa latente, perenne de revolución cu
Santiago, un malestar profundo en todas las clases, que favo¬
recerá los disturbios que se ven desde ahora en perspectiva. Los
capitalistas de Santiago no tienen comprometida su fortuna en
máquinas, fábricas y empresas comerciales á las que la menor
interrupción puede arruinar; por tanto, la revolución no les alar¬
ma grandemente, sabiendo que el capital se esconde en las cri¬
sis, y que un pagaré no ocupa mucho bulto. Este es un ele¬
mento de revolución.
Los propietarios de tierras no se cui¬
dan mucho de los disturbios de las calles que al fin y al pos¬
tre no se han de llevar las propiedades y las tincas, según ellos
creen.
Los jóvenes de familia que no son ni cajeros ni depen¬
dientes de comercio, que no jiran capitales, y que han sido ma¬
noseados por las ideas que han conmovido á otros pueblos, ha¬
llan un pasatiempo, emociones vivísimas en la ajitacion de
los espíritus, en la acción que es la vida de la juventud, en
las ilusiones jenerosas que los mueven, y* un poco y mucho en
el espíritu de insubordinación que es común á todos ios pueblos,
sobre todo en los nuestros, que carecen de hábitos públicos, de
história práctica, de ciencia y de esperiencia.
¿Por qué sucede que la provincia de Aconcagua ha sido la
única que ha respondido á la ajitacion de Santiago? No. por otra
razón sino
porque su situación es análoga á la de Santiago. Sin
comercio por los Andes, desligada de Santiago en cambios, con
dificultades gravísimas de trasporte para sus mercaderías, aque¬
lla provincia se ajita en el vacío, las fortunas decrecen, y el po¬
bre especulador no tiene esperanzas que lo animen. Siendo de

(Continuará.)

trastorno.

Noticias de la

(Del Mercurio de Valparaiso).
Snteuideneia de Camila gc>.
Santiago, noviembre 7 de 1830.

,

eran

El pueblo de

de él.

Santiago se alborotará por los boletines del espíritu imitados
de Lamcnnais, lo mismo que por los cucuruchos de Palazqelos.
Bilbao ha hecho un grab servicio al gobierno, y es poner de
manifiesto que al pueblo ele Santiago se le dá un pito de que
haya ó no penas en el infierno y debe agradecérselo. Lo que

cultades; pero para establecer un camino de hierro se necesi¬
tan capitales, nacionales ó extranjeros, y antes que todo se ne¬
cesita seguridad de que el órden, la tranquilidad, la regulari¬
dad de la administración responderán del porvenir por un número
ilimitado de años, porque el capital no entiende de clubs, ni de
derechos de asociación ni de oposición ni ministerio; lo único
que necesita es tranquilidad y garantías de paz.
¿Quien puede
darlas hoy en Chile? Nadie. Los meses de Octubre y Noviem¬
bre

mií5jO¿5¿

£fiw

HEaSSmm¡ht

'wisesta

Por cuanto el

antes

señor

ministro del Interior, en oficio

de los Andes, y los numerosos escuadrones de Curimons, Pocuro, Tierra blanca, á cuyos acantonamien¬
tos se habia dado órden de reunirse los de la otra banda
del rio, pone en claro la situación de las cos,as.
Como lo sospechó el Gobierno, el oficio de sumisión
de los amotinados era una supnreheria, estudiada, pa¬

cia

ra

ponerse

á cubierto en caso de no ser segundados por

los revolucionarios de la capital. Doce horas
habia puesto el espreso hasta entregar su

y

media

corresponden¬

hoy me comunica el Supremo decreto que sigue, es¬ cia, bien que llegó á Santiago á las diez y media. Por
pedido también en esta fecha:
los últimos avisos del Intendente Novoa, los amotinados
«Hallándose vacante la Intendencia de Santiago por
habían propuesto capitular, pidiendo que fuesen amnis¬
renuncia de don Matias Ovalle, nómbrase Intendente tiados los delincuentes. El Intendente ha contestado lo
de dicha Provincia al teniente coronel de ejército don
que á la autoridad corresponde, cuando se ha derrama¬
Francisco Anjel Ramirez.
do la sangre del primer majistrado de la provincia.
Portanto, publíquese, circúlese y archívese el re¬
Las proposiciones son en substancia ias siguientes:
ferido decreto.—Matias Ovalle.—Evaristo del Cam¬
1.a La junta popular gubernativa, enlregaráel mando
po, secretario.
del Departamento de San Felipe al Intendente Novoa,
de

exijiendo

SSeioliicioii ele

Ayer á las oraciones se publicó por esta imprenta,
una

hoja suelta conteniendo lo siguiente:
A ULTIMA HORA.

La sublevación armada tiene en este momento cons¬
ternada á toda la Bepública. Los buenos ciudadanos
lamentan el estravío de unos cuantos revoltosos que

como

condiciones

que

el movimiento que ellos

han hecho, no se considere como mol in ó insurrección,
sino como una reunion pacífica, legal é inocente.
2.a Que en consecuencia a ninguno de los compren¬
didos se les enjuicie ni persiga por los actos ejecutados

desde que

acometieron la fuerza del cuartel hasta la

entrega del pueblo.

á desacreditar al pais en el estranjero, á influir per¬
niciosamente en el progreso de su prosperidad, de su
agricultura y de su comercio.
Tenemos ya víctimas que llorar.
La sangre del noble y valiente comandante Mardones ha sido la primera en correr.
¿Que mano la ha derramado?
La mano de Ramon Lara, el insubordinado vecino
de San Felipe, el acusador del Intendente Novoa, el fal¬

van

3.a Que Caldera y Lara que estaban presos antes del
motin por órden del Intendente Mardones, no puedan
ser vueltos á la prisión en virtud de ninguna órden.
4.a Que al Intendente Mardones se le considere como

republicano, el promotor y presidente de un club po¬
lítico á imitación del que existe en Santiago.
Este hecho horroroso viene á poner de manifiesto

so

culpable

y se

le juzgue.

Que entregarían el mando al Intendente Novoa,
siempre que se presentase solo sin acompañamiento de
ninguna clase, recibiéndolo solo la junta popular gu¬
3.a

bernativa.
Esta última condición pone

el colmo á la estravagancia de las primeras. ¡Un triunviro de reos de lesapatria; uno de ellos reo de asesinato sobre la persona de
un Intendente y todos responsables
de los desórdenes,
de las violencias, espaliaciones y trastornos á que su fal¬
ta de recursos y su '(íéá'ésperacion los conduce, ser ad¬
mitidos á la presencia de la autoridad en clase de majistrados! ¡Bien hacen de pedir que nadie acompañe al In¬
tendente; temen al alcaide que los espera en San Felipe.
Anoche debieron ponerse á las órdenes del Sr. No¬
voa los piquetes de línea que han salido de la capital, y
en toda la noche de hoy esiará el batallón Valdivia á su
disposición. La mente del Gobierno es evitar hasta la
posibilidad de un combate, haciendo imposible toda re¬

esos
clubsjV-y^liiçiojiarios, contra los cua¬
les con tanta justicia se ha revelado la opinion entera
del pais. Estos clubs son la semilla de una revolución
de sangre; son un pretesto para burlar las medidas con¬
servadoras del reposo público, dictadas por las auto¬
ridades.
Conozcamos á la Sociedad de la Igualdad siguiendo
los pasos del club de Aconcagua, cuyo presidente acaba
den y como pueden. Aquellas provincias, pues, y todas las que
de hacerse reo de asesinato.
Lspliquemos los sucesos
se hallen en circunstancias análogas, ya de presente ya en un
recientes
en los opositores de Santiago y el Intendente
porvenir próximo, propenderán al órden, mientras quedas inte¬
sistencia. Los amotinados se han atrincherado con zan¬
riores como Santiago, Aconcagua. &c., darán siempre síntomas Ovalle, por los de igual naturaleza que acaban de tener
jas en la plaza donde serian encerrados.
de malestar; y el Gobierno de Chile tendrá hoy, mañana, mas
lugar en San Felipe.
Pocos dias antes del motin, la Sociedad de la Igual¬
tarde, cualquiera que sea el partido ó personas que lo repre¬
Aquí
en la capital, donde los elementos de órden dad habia
senten, que luchar con esta agravación de males, de que el vul¬
perdido toda mesura. Una doña Rita Mesina,
son mayores y mas enérjicos, donde la ilustración
está muy conocida en aquella provincia, los precedia con una
go lo hará responsable. Santiago, ó las masas de Santiago, es¬
tán dispuestas á amotinarse, si se les deja, por una causa impía mas jeneralizada, donde los Ínteres de los capitalistas
bandera en que Se hallaban escritas estas palabras: Aba¬
como poruña causa relijiosa siguiendo las doctrinas socialistas
enfrenan con el poder de la opinion los demanes de los
jo la tiranía. Puédese inferir el lenguaje y los vivas de
de Bilbao, ó acaudillada por el arzobispo si se quiere, con tal
perturbadores; aquí en Santiago no han podido los Igua¬
aquella turba, presidida por D. Ramon Lara, el dueño
que el uno ó el otro les prometan mejorar de una situación, que litarios consumar el
plan y el objeto de su asociación.
de la Imprenta, presidente y secretario de los clubs, el
el menor trastorno no puede hacer mas que empeorar. ¿Qué
En un pueblo apartado, conmovido por cuatro cau¬
harán Erràzuris, Montt, Freire, Aldunate y todos los candida¬
mismo Lara de la acusación entablada, por desabedientos posibles para que el comercio vuelva á Santiago, se edifiquen dillos desmoralizadores é imprudentes, allí han podido
cia á la autoridad, contra el Intendente Novoa ante el
trescientas casas por año, para que haya construcción de puer¬ desarrollar sus planes y convertirlos en lamentables
Senado, y sostenida por Urizar Garfias.
tas, cerraduras, &c., y vuelvan los comerciantes á proveerse á hechos.
El desgraciado D. Blas Mardones, tan querido por
Santiago de los productos de las mil industrias que daban de
En la capital no han podido los igualatarios sino
todos los que lo conocen, tan festivo como fué militar va¬
vivir á tantos millares de hombres antes?
>
Después de esta causa latente de descontento que nadie, escupir cobardes á la cara de un Intendente.
Fn San Felipe, en lugar de un escupo, le han dis¬ liente, y propietario pacífico, quiso el lúnes, dia consa¬
que nada prodrá satisfacer, sino un camino de hierro hasta cier¬
grado á los paseos y tumultos de la Sociedad de la Igual¬
to punto, hay otra que no se aleja mucho de esta, pero que parado un balazo.
dad, hacer que se quitase de la puerta del local aquella
es mas activa y fecunda.
En Santiago se han contentado, esperando mejor
Si cada uno se preguntara ¿qué me
bandera provocativa. Lara el factotum de la oposición se
daráá mí, de qué modo cambiará mi situación personal el triun¬
fo del candidato de mi predilección? encontraría, sino se hace oportunidad, con predicar la sedición.
En San Felipe la sedición se ha apoderado de la presentó al In endente reclamando de la órden, intimán¬
ilusiones muy grandes, ó si no es muy reducido el círculo de sus
dole su desobediencia. Era la escena de los escupos de
aspiraciones, que no vale la pena de llevar el pais al borde de plaza pública, ha violentado la guarnición; y se ha atrin¬ Santiago la que se repetia allí; y allá como aqui, la au¬
un abismo, cuestión tan
cherado en las calles, armada, amenazadora.
insignificante!
toridad mandó arrestado al insolente provocador. Don
Estos hechos son elocuentes. Ellos se ligan con
Precisamente porque es muy poco lo que muchos tienen
Benigno Caldera se presentó en seguida con el mismo
que esperar del gobierno, es que algunos desearían un cambio una política seguida desde muy atras por los opositores,
desacato y obtuvo el mismo resultado.
radical, echarse en lo indefinido ó vago de una revolución, con¬ los cuales vencidos en la discucion é
incapaces
de
vaiertando instintivamente con obtener alero, quien sabe si mu-1
.
...
.
,
,
,
Los afiliados se reunieron.
El Intendente se diri—

ios ánimos, era de esperar
Valparaiso, Copiapó, ias'provincias mas ricas, donde mayor
número de ideas nuevas han penetrado, donde las masas están
mas adelantas porque tienen rnas goces, hubieran segundado el
movimiento de la capital. Lo contrario ha sucedido, sin embar¬
go, y esto por causas muy simples. El trabajo productivo, el
salario elevado, absorven y atraen á las masas; el espectáculo de
la prosperidad que los rodea les dá esperanzas de participar de
ella, y los alienta á seguir trabajando y gozando como lo entien¬
ideas la ajitacion que hoy conmueve

el secreto de

que

m

de l°s elementos constitucionales

hacer valer

gobierno de Chile está en tal manera ae
para
sus
sistemado, alambicado, reglamentado, que nadie puede prome¬ micas y sus opiniones políticas, han recurrido al repren¬
terse sacar de él una pobre propina de mil ó dos mil pesos anua¬ sible estremo de provocar una revolución.
El pais está convencido de esto, la prensa lo ha re¬
les, si no es en cambio (le un trabajo asiduo, y las molestias
y sujeciones de Ja vida de empicado.
Pero hay pasiones mas petido mil veces: «nos llevan á una revolución.»
nobles y deseos menos positivos que preocupan á muchos. La
La revolución ha estallado. Ha estallado para mosAmérica española está colocada á un estremo del lago que fór¬
mau las sociedades adel antadas. El movimiento que se imprime
trar su impotencia, para convencer a sus fautores de
á las ideas en Francia, \iene trasmitiéndose poco á poco á noso¬ que la carga mas
pesada es un triunfo pasajero sobre
tros, y un dia sentimos llegado el momento de hacer lo que hi- las autoridades.
-cieron por alia; las ideas que aquellos pueblos ajilaron se hacen
¿Cuál es el fruto que lia dado la sublevación de San
por adopción las nuestras.
La Inglaterra y los Estados Unidos
Felipe?
tienen su vida propia que los
pone á cubierto de esos vaive¬
No hablemos de la sangre que ya corrió por desgra¬
nes y oscilaciones
que vienen de afuera; nosotros no tenemos
mas vida qué la de imitación
porque la nuestra la despreciamos cia.—Los sublevados se entregan por sí mismos á la au¬
y miramos romo el mal mismo.
De aquí nace que en 1880 nos toridad, llaman al
antiguo intendente, áese mismo se.
7
cho

en

un

trastorno.

El

,
hállenlo

la

y

FraSé'éfU'w'é
s"ciei,aík'?
co""> i ñor Novoa que
18rS, y !°?iis,rao',c,on
espuestos á tener
combatesaliliafs
las calles
atentatorios1
i rancia

en

en

pandeadas,

aunque todoeèto sea de mal género por Francia
y haya dado sus ma os frufos.
En Chile, y no nos pese de ello,
hay tal libertad para la acción individual, que basta un poco
de perseverancia para hacer tomar á la
sociedad c' aspecto que

qu¡era.
Palazuelos organizó procesiones de santos, cucuru¬
chos, símbolos y sociedades relijiosas en despecho dela pren¬
sa, ios ministros y el clero; Bilbao ha puesto á la moda, ha he¬
cho el objeto de la conversación pública, de la curiosidad
gene¬
ra!, y aun c! asunto dominante, su club, con sus paseos alar¬
mantes y sus símbolos socialistas.
Las escomuniones de que
ha estado amenazado, sus folletos puestos en el índice de la igle¬
sia, no le han hecho mal ninguno á los ojos del pueblo, que se
creía tan exajeradamente católico, y á cuyas preocupaciones los
mas"hábiles políticos han creído deber hacer concesiones, Ni
el clero que se cree tan poderoso en Santiago, ha sido parte á
se

i

.

.

.

hace
,

,

pocos
1
,

dias era acusado por
actos
1
,

contra los derechos

.

.

,

.

del ciudadano.

Las siguientes son las últimas noticias que tenemos:
«Un propio que dice haber salido á las 2 de la ma¬
ce nana de San
Felipe y que se ha dirijido al Gobierno
«como á las 2
y media de la tarde, ha conducido un

al cuartel, ocupado por un piquete de mili¬
que la guardia habia sido asaltada,
los jefes del motin le dispararon un balazo, que le ha

jió sin

armas

cias, y allí encontró

y
atravesado el costado.

Si el señor Mardones sucumbe,

lo temen así los módicos que lo asisten, será la tris¬
gloria de los revolucionarios haber sacrificado la pri¬
mera víctima, un
jefe de la independencia, un ciudadano
honrado, un padre de familia y un Intendente de una pro¬
vincia.
Mardones fué puesto en un calabozo, así mori¬
bundo, y permanece allí. Los jefes del motin aseguran
en su nota al
gobierno, que lo hacen para salvarlo del fu¬
ror
popular, porque según el espíritu de la Sociedad de la
Igualdad, la autoridad es el objeto de odio, cualquiera que
la ejerza.
Antes era Novoa el odiado, ahora lo es Mar.
dones, que solo ha estado ocho dias en el gobierno, y cuyo
carácter festivo lo habia hecho hasta hoy el ídolo de Acon¬
cagua.
El gobierno ha despachado anoche dos escelentes cirujanos de ejército para que asistan al herido.

pues
te

Notas Oficiales del gobernador de los Andes y del Inten¬
«
dente Novoa relativa á los sucesos de San Felipe.
«
Gobieno Departamental.
« no,
Santa Rosa, Noviembre 5 de 1850.
y en una acta que han adjuntado á ese mismo
«
11
de
la
noche.
pliego motivan la insurrección acaecida en que el In« tendente
Señor Ministro.
Mardones había atacado el sacrosanto derecho
ude asociación. Dan cuenta de tener preso al señor Mar¬
Hace pocos momentos que de un modo positivo se me
ee dones
por librarlo de la indignación popular; conclu- ha comunicado que á consecuencia de haber sido Lev

«

pliego de! triunvirato que se ha puesto á la cabeza del
departamento de San Felipe. Espresan en él los motivos que han tenido para encargarse de aquel gobier-

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