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se escandeciò mucho y comenzò a mormurar del Mandarin de la Villa diciendo:
que no prestaba para cosa alguna, ni sabia hacer cosa que le mandassen; que todo echa-
ba a perder, y que era un Hombre inutil, y nada inteligente &za.etcétera. Y acabado su
mormuracion, que fue algo larga, dixò con mucha fuerza: Nadie os puede impedir
a vosotros salir de casa, salid quando quisiereis, con tal que no paseis a otra Prova.Provincia
y luego para hacer mexor el papel, mando llamar a los cabecillas de las Calles ve-
cinas, y les mandò que de ninguna manera les impidiessem salir de cassa, y con
esto se fue, dexando a los Pes.Padres reclusos como antes; porque como no mandò por escri-
to, sino solo de palabra, que a dhos Pes. los dexassen salir de casa, todo fue en va-
no, y sin effecto alguno: porque reconviniendo despues dhos Pes. a los vezinos con
las palabras del Mandarin, para que les dexassen salir de casa, respondieron que lo
mandasse por escrito, y les entregose la escritura de obligacion, que tenian [echa],
y de otra suerte no lo podian ellos permitir y assi se quedaron reclusos como antes. =
N. 19 dho Mandarin que en presencía lisongeaba a dhos. Pes. como amigos, en
ausenzia los perseguía como a enemigos; y parecía, que todas sus operacio-
nes no eran otra cosa, que hacer lo que haze, el que pretende dar algun salto gran-
de, que es retroceder, para coger mas fuerza, y poder assi saltar con mayor li-
gereza. este Mandarín segun se discurrio de su Modo de obrar, no hazía
otra cosa, que mostrarse amigo, para despues descargar el golpe con maior rigor
y acierto; pocos dias despues de la sobre dha visita corrio voz, que un
[Mand.Mandarin] pequeño mandado de este iba convocando a los Letrados, y otros vezi-
nos del Jungcheū, para que fuessen a la Ciudad, y presentassen peticion con-
tra la Yglesia de aquella Aldea: ressistianse estos, temiendo que esto fuesse al-
gun lazo, que el Mandn. de la Ciudad, les queria armar para despues destruirles:
fundaban su temor en decir, que si el quería derribar la Yglesia, lo podia ha-
zer por sí, y sin aiuda de ellos, y que el no quererlo hazer el por si; sino por
medio de ellos, era señal de alguna mala segunda intenzion: Aunque
estos discurrian segun lo que muchas vezes sucede en China; pero no segun el
intento del Mandn. que es mas hordinario y comun a los Mandarines,
los quales buscan semexantes medios, para simular sus injusticias, y librarse de
que otros Mandarines maiores les agan cargo de ellas, y no pudiendose defen-
der en semexantes ardides los castiguen y priven del Mandarinato. Ultimamte.Ultimamente
venciò a los Letrados y vecinos el miedo, que concivieron al Mandn. de la Ciudad;
y assi se resolbieron de hazer la petizion, y echa se la entregaron (segun se dixò)
al Acusador, para que este, que entraba, y salia en la Audiencia de dho Man-
darín, y con el tenia algunos colloquios, la presentasse. Leyola el Mandarín, y vi-
endo que en ella havia algunas palabras, con las quales despues los Pes. le podían
dar alguna molestia, acusandole a otros Mandarines, las borrò, y en su lugar
pusò otras, y con esta diligenzia le bolbio a entregar la peticion, para que hicie-
sse, que la bolbiessen a trasladar, y despues la presentase. Presentaronla en la
forma que deseaba el Mandarín, y luego la despachò mandando, que el Mandarín
de la Villa le informasse sobre su contenido; y para que en semexantes ocaziones el
informe sea como se pretende, se embia un aviso secreto, diciendole el intento.
No pareze que dho Mandarín se aseguraba bastatemente con la diligenza.diligencia

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