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Ejemplos de obras de los primeros libros impresos modernos en inglés, como las obras de Shakespeare, son útiles para explorar esta intersección, ya que tienen propiedades informacionales claras para establecer los criterios de “las mismas letras“, aunque también se han estudiado cada vez más como cultura material.7 Usted puede encontrar copias en blanco y negro del segundo cuarto de Hamlet (STC 22276) en recursos en línea como Early English Books Online. Esas copias, sin embargo, fueron escaneadas de microfilm de baja calidad. Cuando observa el microfilm digitalizado, puede tener la sensación de que ve la información, las letras que componen las palabras, su diseño y composición en la página. Sin embargo, esto es bastante engañoso, ya que el elemento original también incluía información codificada en el color de parte del texto. Hay información realmente importante en el texto rojo más claro que no es visible en el microfilm blanco y negro. Hasta ahora, esto parece ser algo que podría resolverse con solo digitalizar mejor las páginas del libro. Afortunadamente, la Biblioteca Folger Shakespeare, de hecho, proporciona mejores digitalizaciones a mayor resolución. Dicho esto, también podría imaginar cómo alguien que realiza la codificación textual, podría usar el marcado para observar qué texto es de qué color. Toda esa información bien podría codificarse y transmitirse. Sin embargo, algunos trabajos recientes con manuscritos medievales han demostrado formas de obtener mucha más información almacenada en estas obras.

No es solo la información codificada intencionalmente, la que podríamos acceder y la que podría ser útil para guardar en el futuro. Incluso hay un valor potencial considerable de información que queda entre “la suciedad" de las páginas. Utilizando densitómetros e imágenes digitales de muy alta calidad de copias de manuscritos, los académicos han podido estudiar la relativa suciedad de las páginas individuales de un manuscrito. A medida que las personas han manejado estos libros a lo largo de los años, su uso ha dejado suciedad y esa suciedad puede contarnos una historia del uso de los objetos. De manera similar, podría imaginarse analizando las propiedades químicas del pegamento en la encuadernación de un libro o mirando la celulosa en las páginas de un libro para descubrir qué árboles crearon el papel. Con toda seriedad, existe un interés continuo en estudiar el olor de diferentes libros modernos tempranos, ya que podría ayudar a demostrar aspectos de su circulación. Los olores tienen propiedades químicas que podrían registrarse. Todo lo mencionado debe enfatizar que, si bien tiene sentido decidir centrar las actividades de preservación en las cualidades informativas de un objeto, ello conlleva siempre afirmaciones implícitas o explícitas respecto a qué aspectos del material subyacente y del artefacto deben considerarse. Esas copias individuales de las obras de Shakespeare tienen propiedades informativas, pero también existen como artefactos raros y únicos por derecho propio.

La misma dualidad de cualidades informacionales y artefactuales de los objetos proveen las obras que usamos de manera predeterminada en un contexto artefactual. Uno de los propósitos principales es que mantenemos, conservamos y preservamos artefactos con su potencial valor informativo. Si bien pensamos por defecto en el marco artefactual para cosas como pinturas o esculturas, la mayoría de las formas en que realmente trabajamos con esos objetos, son a través de representaciones informativas subrogadas de ellos. Las colecciones de diapositivas que han sido un pilar en la educación de historia del arte, son parte de cómo los estudiantes de esta disciplina identifican las obras y tendencias en la historia del arte. Si bien es justo decir que realmente no has visto la Mona Lisa hasta que la has visto en la pared del Louvre, cuando se trata de enseñarle a la gente sobre la historia del arte, no insistimos en que vayan y vean cada objeto de arte individual. En cambio, tendemos a estar bien con el uso de fotografías que documentan las características informativas clave deseas obras para que podamos usarlas en ls enseñanza (tengamos en cuenta que la idea de documentación aquí abre una idea diferente de la preservación a la que volveremos también más adelante) . Del mismo modo, cuando los académicos publican en una revista de historia del arte, a menudo incluirán imágenes de la obra que están discutiendo y analizando. No dicen: “toma mi artículo y ve a ver cada una de las obras de las que hablo”. Las imágenes hacen legibles las cualidades informacionales con las que quieren trabajar y, por lo tanto, son suficientes para las necesidades del ensayo.

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7 Los ejemplos de Shakespeare discutidos aquí provienen de Werner, "Donde la cultura del libro material se encuentra con las humanidades digitales".

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